sábado, agosto 25, 2007
lunes, agosto 20, 2007
MDP 18-8: IMPRESIONANTE (BIS)
1. Pacífico
2. Labios de seda
3. Babilonia
4. Civilización
5. Chac tu chac
6. Taxi boy
7. Bicho de ciudad
8. Agua
9. Los mocosos
10. Fijate
11. Un buen día
12. Manjar
13. Que decís
14. Arco
15. Pistolas
16. Difícil
17. Vine hasta aquí
18. Muévelo
19. Unbekannt
20. Morella
21. Buenos días Palomar
22. Maradó
23. El balneario
24. Finale
2. Labios de seda
3. Babilonia
4. Civilización
5. Chac tu chac
6. Taxi boy
7. Bicho de ciudad
8. Agua
9. Los mocosos
10. Fijate
11. Un buen día
12. Manjar
13. Que decís
14. Arco
15. Pistolas
16. Difícil
17. Vine hasta aquí
18. Muévelo
19. Unbekannt
20. Morella
21. Buenos días Palomar
22. Maradó
23. El balneario
24. Finale
sábado, agosto 18, 2007
MDP 17-8: IMPRESIONANTE!!!
PACIFICO
DESDE LEJOS NO SE VE
BABILONIA
CIVILIZACION
CHAC TU CHAC
BICHO DE CIUDAD
LUZ DE MARFIL
FIJATE
UN BUEN DIA
BABILONIA
CIVILIZACION
CHAC TU CHAC
BICHO DE CIUDAD
LUZ DE MARFIL
FIJATE
UN BUEN DIA
ENTRANDO EN TU CIUDAD
Y QUE MAS
CRUCES Y FLORES
TODO PASA
MOTUMBO
RULETA
CANCHEROS
DIFICIL
MUEVELO
UNBEKANT
PISTOLAS
FANTASMA
AY AY AY
CRUEL
FINALE
Y QUE MAS
CRUCES Y FLORES
TODO PASA
MOTUMBO
RULETA
CANCHEROS
DIFICIL
MUEVELO
UNBEKANT
PISTOLAS
FANTASMA
AY AY AY
CRUEL
FINALE
KILL HIM!!!!
Deben mantener la línea blanca en el medio de los "cositos" verdes y así vencerán al amurado al sillón de la AFA
miércoles, agosto 15, 2007
NOTA PREVIA A CIVILIZACION (CLARIN)
"No es bueno convertirse en salvavidas de nadie"
El martes sale el séptimo disco en estudio, "Civilización". El cantante reflexiona sobre la necesidad de otras formas de vida. Relativiza el impacto de sus canciones en los fans. Critica el rock con mensaje ecologista. Y habla de la cercanía con el poder y de los sponsors. Una fogata recortada contra el fondo del anochecer. A cada lado del fuego se dibujan las siluetas de dos niños. Le toca al que se llama Andrés contar teatralmente la película que vio ayer en la tele. Puede ser 1977, debe ser Palomar. Ahora estamos a solas con el mismo Andrés Ciro Martínez, pero pasaron 30 años y él canta en Los Piojos desde 1989. Dice que no siente "nostalgia de su infancia". Sin embargo, anhela "la sensación de que el tiempo corra distinto y la conexión con la naturaleza".
Aquí también el tiempo "corre distinto". Atardece en la "quinta piojosa", que queda en Paso del Rey. Es un club gremial reciclado: cancha de tenis, de paleta, pileta, baños. La sala de ensayo, un ex salón de aparatos de gimnasia. La excusa del encuentro es la aparición del séptimo álbum en estudio de Los Piojos, Civilización, cuya última canción, Buenos días, Palomar, pinta la extrañeza del Andrés de hoy recorriendo los paisajes de su niñez. "Volví a salir en bicicleta por el barrio y tuve la sensación de ser pendejo otra vez, de estar libre de la estructura de la banda, de la gira, del disco...", admite, antes de entrar al primer corte del álbum, Pacífico.
"El tema nace en el momento en que hacemos el parate en el 2005, donde nos planteamos cierto cansancio de estar 16 años sin parar", rememora. "Me vino una sensación extraña, como una especie de renacer como individuo. Me di cuenta de que todo el tiempo había estado siendo parte de algo, que me llenó de alegrías, pero que me hacía parte de una máquina de sangre. Al final, no fue una canción de despedida, sino de reencuentro."
¿Por qué?
Porque volvimos con fuerza renovada. Pero, ojo, la convivencia es, lejos, lo más rescatable, nunca hubo situación de decir "Uy, a éste no lo quiero ver más".
¿Cómo es la relación entre ustedes?
Somos una mezcla de hermanos con primos que no ves todo el tiempo. No es que vamos todos juntos al cine, porque es necesario un descanso propio, tener amigos con los que no hablás sobre la banda. Pero hoy que hay ensayo, nos quedamos acá hasta la madrugada chupando, morfando, jugando al truco, al pool.
Andrés se estaciona en unos versos de Pacífico: "Me llevarás hasta donde estés,/ adonde vayas, un tatuaje azul". Cuenta: "Me emociona ver a los que se tatúan el símbolo de Los Piojos. Ese tipo seguro que le dedicó horas de su vida al grupo y para él, no debe haber nadie mejor que otro tatuado con un Piojo. Aunque tengan orígenes distintos, hay empatía. Es fuerte saber que hubo chicos que murieron y los entierran con un CD y una bandera de Los Piojos."
Cuando ves que te idolatran así, ¿no sentís el peso de ser algo así como un líder de masas?
Salvo mis hijas -y hasta cierto punto- no creo que nadie dependa de mí. Lo que sí, cuando escribo dentro de la estructura de Los Piojos, siento la responsabilidad de que el mensaje sea sincero y no impulse a nadie a caminos equivocados. Pero al final una letra es algo personal: cada uno interpreta lo que tiene en la cabeza. Mirá: hago el tema más desgarrador de amor para una mujer concreta y hay tipos que me dicen: "Hablás de la cocaína, ¿no?".
"Civilización" suena apocalíptica, como si después del calentamiento global llegara el fin...
Pero tampoco es tremendista. La letra salió de un tirón, una mañana después de soñar que Manu Chao le mostraba una canción a su padre. Me desperté en trance y la compuse ahí nomás. Creo que la naturaleza es invencible y los humanos somos su caspa. Si todo se desboca y desaparecemos, aparecerán nuevas formas de vida. La canción también habla de la necesidad de salir de la civilización y buscar árboles, pájaros...
Qué hippie.
Para nada. Cuando pienso en irme a vivir afuera, imagino que planto mandarinas, sí, pero que tengo mi computadora con Pro Tools y el videojuego "Civilization"...
Justo salís con "Civilización" cuando los rockeros pusieron de moda el ecologismo de nuevo con el Live Earth.
A mí que Mick Jagger me diga "Cuiden la tierra" no me dice nada. Me gusta que los Stones le canten a las mujeres de Honky Tonk. Hay maneras de concientizar y de colaborar, como lo hacemos nosotros cuando destinamos el dinero que sale de las remeras a un hospital. Pero eso no le resuelve el problema al hospital. No es bueno convertirse en un salvavidas de nadie, porque le quita fuerza a la fuerza intrínseca del rock. Hay cosas que modificar, pero se modifican desde una estructura más grande, política.
Hicieron una versión de "El viejo" para "Escúchame entre el ruido", el disco auspiciado por el Estado. ¿Cómo te cae que los gobiernos se acerquen al rock?
El rock ya es la música generacional de los que gobiernan. Puede haber algo de utilización pero también hay mucho de gusto personal de ellos. Me parece que si mañana un gobierno que no asesine gente -digamos- construye en Buenos Aires un predio como el Colón pero para el rock, eso tiene que ver con el bienestar, no con la peor cara del circo Romano. Si mañana Macri hiciera la Bombonera el doble de grande, ¿entonces no vamos a tocar porque lo hizo Macri?
Un pensamiento más bien pragmático. ¿Pensás lo mismo de los sponsors?
A nosotros se nos hace difícil ir al exterior porque somos independientes, así que si un sponsor se acerca para proporcionar nuevas posibilidades, bienvenido. Claro, siempre y cuando la empresa no intervenga en tu propuesta artística. Pero las megaempresas ya forman parte de la vida de todos; negarlas es absurdo. Es hippón. Todos tenemos televisor, celular. ¿Quién fabrica su propio champú?
A diferencia de "Dientes de cordero" (de Máquina de sangre"), donde reflejás el optimismo del cacerolazo, ahora las letras prefieren reivindicar un cambio más bien individual que colectivo. Versos como "Tu arma es tu mente/ y tu voluntad".
Sí, antes tenía la idea de que la libertad tenía que ver con los movimientos de masas. Hoy, para mí, tiene que ver con las acciones de un individuo.
En varias canciones nuevas te referís negativamente a la "fisura", o al estar "quemado", como si eso fuera una transgresión falsa...
Sí, esa falsa esperanza de que "Te fumás uno y sos Bob Marley". En Hoy es hoy digo: "Podés quemar tu cabeza/ en el dolor o el placer/ que al final es lo mismo/ cuando no podés volver". Porque es lo mismo quemarte por la falopa que por el sexo. Todo se vuelve consumismo, una enfermedad. No podés profundizar porque tenés que saltar a otra cama o a otra raya de cocaína. Es absurdo que todas las letras de rock giren alrededor de ese tema. O sea, está bien que te guste estar de la cabeza. Ya me lo cantaste. Ahora contate algo.
"Civilización": tema por tema
La impresión al cerrarse la colección de 13 canciones es la de una cohesión musical y una coherencia conceptual de la que quizá Máquina de sangre (03) adolecía. Arreglos de cuerdas o programaciones (y demás toques electrónicos) suenan com pletamente orgánicos, adaptados al sonido de una banda con años de vivo. Es notable el cuidado con que los productores -otra vez Alfredo Toth, ahora más otro ex GIT, Pablo Guyot—registraron la voz de Andrés, agregándole luego los efectos más certeros. Un álbum sin tracks de relleno.
1. Manjar: Sí, en la línea de Muevelo, Mi babe o No pares: el momento Milo Manara de Los Piojos. Un funk rock muy lubricado (letra: "llena de aceite/ toda para mí"), casi dance, tan Stone fines de los 70 como U2 fines de los 90.
2. Pacífico: Corte de difusión. Versos muy sutiles: "Algo tiembla al oído/ sombra de un susurro sin voz".
3. Civilización: "Hay algo que está sonando/ seguro que ya lo oías/ la tierra está vibrando/ con distinta melodía": arranca como una versión pesimista del Sudamérica de Arco Iris. Una canción ubicable entre Madre hay una sola de Bersuit y el Karmaggedon de Attaque, tan ecológica como pesimista, que cita el estilo de reggae acústico de Manu Chao.
4. Bicho de ciudad: Letra de Daniel Piti Fernández. Balada rutera con cuerdas que remite a otro tema de Piti, Vine hasta aquí (00) y hace juego con la crisis que pinta la letra de Pacífico de Andrés: "¿Qué voy a hacer, cuál es el camino a seguir?"
5. Pollo viejo: Experimento de género entre el tango y el rock con una laguna instrumental que Bajofondo envidiaría. Retrato de un rocker geriátrico ("Tus groupies ya fueron madres"). Coros de una de las dos hijas de Andrés, Katja.
6. Cruces y flores: También de Daniel Piti Fernández, con un estribillo que podría haber firmado Charly en los 80.
7. Difícil: Lentos arpegios para un clásico tema piojoso desde Tan solo: sentirse abandonado y tocar fondo ("Camino en el dolor/ anestesiado y sin razón").
8. Un buen día: Alto momento de energía compuesto y cantado por Miki con un riff que pega el rockabilly con la electrónica recordando los experimentos de orquestación de Máquina de sangre. Ahora es a Miki a quien le toca hacerse la pregunta desorientada de Pacífico y Bicho de ciudad: "Ahí va Miguel/ ¿adónde?".
9. Basta de penas: Acústicas entrelazadas con un órgano Hammond de fondo, todo para un aire de candombe a fuego lento. Andrés se pone refranero para proyectar optimismo: "En el pozo más oscuro/ puede haber felicidad".
10.Unbekannt: Desconocido en alemán. Una suite tan acústica como pesadamente rockera, donde Andrés se autorretrata como extranjero durante su estadía en Alemania durante el Mundial 06. "No solamente me sentía un anónimo, sino un extraterrestre. No podía hablar con nadie", cuenta.
11.Salitral: La metáfora del desierto y del vacío que provocan el abandono, la desconfianza y el no saber cómo seguir viviendo que se filtra por el disco acá toca su punto alto, en una canción antológica. Compuesta a dúo por Andrés y Tavo Kupinski retoma la cadencia tristona de aquel Gris del 96. Excelente.
12. Hoy es hoy: Rock and roll voluntarioso y vital con piano Honky Tonk repicando y todo, para equilibrar la sombra de tanta desesperanza.
13. Buenos días, Palomar: Una panorámica siestera y estival por el paisaje de la infancia en Ciudad Jardín. Medio tempo mántrico (epa, casi Manchester '89) para un gran final que describe con la extrañeza del Luca de Mañana en el Abasto la escenografía del ayer, especialidad del primer Moris. Se citan dos versos del primigenio Chac tu chac (92): todo un balance de carrera.
El martes sale el séptimo disco en estudio, "Civilización". El cantante reflexiona sobre la necesidad de otras formas de vida. Relativiza el impacto de sus canciones en los fans. Critica el rock con mensaje ecologista. Y habla de la cercanía con el poder y de los sponsors. Una fogata recortada contra el fondo del anochecer. A cada lado del fuego se dibujan las siluetas de dos niños. Le toca al que se llama Andrés contar teatralmente la película que vio ayer en la tele. Puede ser 1977, debe ser Palomar. Ahora estamos a solas con el mismo Andrés Ciro Martínez, pero pasaron 30 años y él canta en Los Piojos desde 1989. Dice que no siente "nostalgia de su infancia". Sin embargo, anhela "la sensación de que el tiempo corra distinto y la conexión con la naturaleza".
Aquí también el tiempo "corre distinto". Atardece en la "quinta piojosa", que queda en Paso del Rey. Es un club gremial reciclado: cancha de tenis, de paleta, pileta, baños. La sala de ensayo, un ex salón de aparatos de gimnasia. La excusa del encuentro es la aparición del séptimo álbum en estudio de Los Piojos, Civilización, cuya última canción, Buenos días, Palomar, pinta la extrañeza del Andrés de hoy recorriendo los paisajes de su niñez. "Volví a salir en bicicleta por el barrio y tuve la sensación de ser pendejo otra vez, de estar libre de la estructura de la banda, de la gira, del disco...", admite, antes de entrar al primer corte del álbum, Pacífico.
"El tema nace en el momento en que hacemos el parate en el 2005, donde nos planteamos cierto cansancio de estar 16 años sin parar", rememora. "Me vino una sensación extraña, como una especie de renacer como individuo. Me di cuenta de que todo el tiempo había estado siendo parte de algo, que me llenó de alegrías, pero que me hacía parte de una máquina de sangre. Al final, no fue una canción de despedida, sino de reencuentro."
¿Por qué?
Porque volvimos con fuerza renovada. Pero, ojo, la convivencia es, lejos, lo más rescatable, nunca hubo situación de decir "Uy, a éste no lo quiero ver más".
¿Cómo es la relación entre ustedes?
Somos una mezcla de hermanos con primos que no ves todo el tiempo. No es que vamos todos juntos al cine, porque es necesario un descanso propio, tener amigos con los que no hablás sobre la banda. Pero hoy que hay ensayo, nos quedamos acá hasta la madrugada chupando, morfando, jugando al truco, al pool.
Andrés se estaciona en unos versos de Pacífico: "Me llevarás hasta donde estés,/ adonde vayas, un tatuaje azul". Cuenta: "Me emociona ver a los que se tatúan el símbolo de Los Piojos. Ese tipo seguro que le dedicó horas de su vida al grupo y para él, no debe haber nadie mejor que otro tatuado con un Piojo. Aunque tengan orígenes distintos, hay empatía. Es fuerte saber que hubo chicos que murieron y los entierran con un CD y una bandera de Los Piojos."
Cuando ves que te idolatran así, ¿no sentís el peso de ser algo así como un líder de masas?
Salvo mis hijas -y hasta cierto punto- no creo que nadie dependa de mí. Lo que sí, cuando escribo dentro de la estructura de Los Piojos, siento la responsabilidad de que el mensaje sea sincero y no impulse a nadie a caminos equivocados. Pero al final una letra es algo personal: cada uno interpreta lo que tiene en la cabeza. Mirá: hago el tema más desgarrador de amor para una mujer concreta y hay tipos que me dicen: "Hablás de la cocaína, ¿no?".
"Civilización" suena apocalíptica, como si después del calentamiento global llegara el fin...
Pero tampoco es tremendista. La letra salió de un tirón, una mañana después de soñar que Manu Chao le mostraba una canción a su padre. Me desperté en trance y la compuse ahí nomás. Creo que la naturaleza es invencible y los humanos somos su caspa. Si todo se desboca y desaparecemos, aparecerán nuevas formas de vida. La canción también habla de la necesidad de salir de la civilización y buscar árboles, pájaros...
Qué hippie.
Para nada. Cuando pienso en irme a vivir afuera, imagino que planto mandarinas, sí, pero que tengo mi computadora con Pro Tools y el videojuego "Civilization"...
Justo salís con "Civilización" cuando los rockeros pusieron de moda el ecologismo de nuevo con el Live Earth.
A mí que Mick Jagger me diga "Cuiden la tierra" no me dice nada. Me gusta que los Stones le canten a las mujeres de Honky Tonk. Hay maneras de concientizar y de colaborar, como lo hacemos nosotros cuando destinamos el dinero que sale de las remeras a un hospital. Pero eso no le resuelve el problema al hospital. No es bueno convertirse en un salvavidas de nadie, porque le quita fuerza a la fuerza intrínseca del rock. Hay cosas que modificar, pero se modifican desde una estructura más grande, política.
Hicieron una versión de "El viejo" para "Escúchame entre el ruido", el disco auspiciado por el Estado. ¿Cómo te cae que los gobiernos se acerquen al rock?
El rock ya es la música generacional de los que gobiernan. Puede haber algo de utilización pero también hay mucho de gusto personal de ellos. Me parece que si mañana un gobierno que no asesine gente -digamos- construye en Buenos Aires un predio como el Colón pero para el rock, eso tiene que ver con el bienestar, no con la peor cara del circo Romano. Si mañana Macri hiciera la Bombonera el doble de grande, ¿entonces no vamos a tocar porque lo hizo Macri?
Un pensamiento más bien pragmático. ¿Pensás lo mismo de los sponsors?
A nosotros se nos hace difícil ir al exterior porque somos independientes, así que si un sponsor se acerca para proporcionar nuevas posibilidades, bienvenido. Claro, siempre y cuando la empresa no intervenga en tu propuesta artística. Pero las megaempresas ya forman parte de la vida de todos; negarlas es absurdo. Es hippón. Todos tenemos televisor, celular. ¿Quién fabrica su propio champú?
A diferencia de "Dientes de cordero" (de Máquina de sangre"), donde reflejás el optimismo del cacerolazo, ahora las letras prefieren reivindicar un cambio más bien individual que colectivo. Versos como "Tu arma es tu mente/ y tu voluntad".
Sí, antes tenía la idea de que la libertad tenía que ver con los movimientos de masas. Hoy, para mí, tiene que ver con las acciones de un individuo.
En varias canciones nuevas te referís negativamente a la "fisura", o al estar "quemado", como si eso fuera una transgresión falsa...
Sí, esa falsa esperanza de que "Te fumás uno y sos Bob Marley". En Hoy es hoy digo: "Podés quemar tu cabeza/ en el dolor o el placer/ que al final es lo mismo/ cuando no podés volver". Porque es lo mismo quemarte por la falopa que por el sexo. Todo se vuelve consumismo, una enfermedad. No podés profundizar porque tenés que saltar a otra cama o a otra raya de cocaína. Es absurdo que todas las letras de rock giren alrededor de ese tema. O sea, está bien que te guste estar de la cabeza. Ya me lo cantaste. Ahora contate algo.
"Civilización": tema por tema
La impresión al cerrarse la colección de 13 canciones es la de una cohesión musical y una coherencia conceptual de la que quizá Máquina de sangre (03) adolecía. Arreglos de cuerdas o programaciones (y demás toques electrónicos) suenan com pletamente orgánicos, adaptados al sonido de una banda con años de vivo. Es notable el cuidado con que los productores -otra vez Alfredo Toth, ahora más otro ex GIT, Pablo Guyot—registraron la voz de Andrés, agregándole luego los efectos más certeros. Un álbum sin tracks de relleno.
1. Manjar: Sí, en la línea de Muevelo, Mi babe o No pares: el momento Milo Manara de Los Piojos. Un funk rock muy lubricado (letra: "llena de aceite/ toda para mí"), casi dance, tan Stone fines de los 70 como U2 fines de los 90.
2. Pacífico: Corte de difusión. Versos muy sutiles: "Algo tiembla al oído/ sombra de un susurro sin voz".
3. Civilización: "Hay algo que está sonando/ seguro que ya lo oías/ la tierra está vibrando/ con distinta melodía": arranca como una versión pesimista del Sudamérica de Arco Iris. Una canción ubicable entre Madre hay una sola de Bersuit y el Karmaggedon de Attaque, tan ecológica como pesimista, que cita el estilo de reggae acústico de Manu Chao.
4. Bicho de ciudad: Letra de Daniel Piti Fernández. Balada rutera con cuerdas que remite a otro tema de Piti, Vine hasta aquí (00) y hace juego con la crisis que pinta la letra de Pacífico de Andrés: "¿Qué voy a hacer, cuál es el camino a seguir?"
5. Pollo viejo: Experimento de género entre el tango y el rock con una laguna instrumental que Bajofondo envidiaría. Retrato de un rocker geriátrico ("Tus groupies ya fueron madres"). Coros de una de las dos hijas de Andrés, Katja.
6. Cruces y flores: También de Daniel Piti Fernández, con un estribillo que podría haber firmado Charly en los 80.
7. Difícil: Lentos arpegios para un clásico tema piojoso desde Tan solo: sentirse abandonado y tocar fondo ("Camino en el dolor/ anestesiado y sin razón").
8. Un buen día: Alto momento de energía compuesto y cantado por Miki con un riff que pega el rockabilly con la electrónica recordando los experimentos de orquestación de Máquina de sangre. Ahora es a Miki a quien le toca hacerse la pregunta desorientada de Pacífico y Bicho de ciudad: "Ahí va Miguel/ ¿adónde?".
9. Basta de penas: Acústicas entrelazadas con un órgano Hammond de fondo, todo para un aire de candombe a fuego lento. Andrés se pone refranero para proyectar optimismo: "En el pozo más oscuro/ puede haber felicidad".
10.Unbekannt: Desconocido en alemán. Una suite tan acústica como pesadamente rockera, donde Andrés se autorretrata como extranjero durante su estadía en Alemania durante el Mundial 06. "No solamente me sentía un anónimo, sino un extraterrestre. No podía hablar con nadie", cuenta.
11.Salitral: La metáfora del desierto y del vacío que provocan el abandono, la desconfianza y el no saber cómo seguir viviendo que se filtra por el disco acá toca su punto alto, en una canción antológica. Compuesta a dúo por Andrés y Tavo Kupinski retoma la cadencia tristona de aquel Gris del 96. Excelente.
12. Hoy es hoy: Rock and roll voluntarioso y vital con piano Honky Tonk repicando y todo, para equilibrar la sombra de tanta desesperanza.
13. Buenos días, Palomar: Una panorámica siestera y estival por el paisaje de la infancia en Ciudad Jardín. Medio tempo mántrico (epa, casi Manchester '89) para un gran final que describe con la extrañeza del Luca de Mañana en el Abasto la escenografía del ayer, especialidad del primer Moris. Se citan dos versos del primigenio Chac tu chac (92): todo un balance de carrera.
sábado, agosto 04, 2007
miércoles, agosto 01, 2007
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