miércoles, junio 21, 2006

"TE INVITO A MI FIESTITA EL VIERNES 16"

En un cumpleaños un grupo de amigos desafía a otros a un picadito...
El niño Riquelme juega sentado en su bicicleta Rodado 28. Se mueve lento y como con pocas ganas, pero con clase, y nunca la pierde. Sus pases son letales, rectos, precisos. En todas direcciones. Como los rayos de las ruedas. Todos le consultan por donde ir. Él decide. Si no hace falta, no se mueve. ¿Para qué transpirar si no es preciso? Lo busca a Saviola. Este anda serio por la fiesta dando vueltas a toda velocidad. Vestido de mosquetero. Tiene una espada larga, finita y que lastima. Mira a los desconocidos de reojo. Baja la cabeza y corre. La usa contra ellos. También socorre a sus amigos.Maxi es el sargento Sanders. Lucha salta y se revuelca. Elimina miles de enemigos. No le interesa ser general ni aviador. Simplemente, como el personaje mítico de la TV blanco y negro, se adapta a cualquier situación, y la resuelve.Heinze y Ayala, hermanos. Recogen lo que la piñata ofrece. El Pato las descuelga todas, o las pincha. El primo Burdisso les da una mano. Y Sorín.El melenudo tiene un flipper para zurdos. Hace subir la bola por la izquierda incansablemente, y la mete donde las luces estallan. Voltea tarjetas. Busca el Jackpot, la ExtraBall. Baja por el mismo lado. Insisto, no se cansa. Mascherano lo reemplaza en el tema de las piñatas cuando se va.Crespo es un invitado un poquito más grande, al fin llega solo y no como el hermano menor de Batistuta. Les saca una cabeza a varios, pero es generoso, no se aprovecha. Lucho pobre se lastima y lo pasan a buscar. Justo llega Cambiasso, que en la fiesta anterior se le había caído una porción de torta. Necesitaba demostrar que había sido un accidente. Lo logra con creces. Lo grita. Lo abrazan.Los invitados desconocidos sufren. Se sienten como esos que juegan contra los Globetrotters y pierden siempre. Son el sparring. Para el cachetazo.¡Llega Tévez! Qué bueno que lo invitaron. Riquelme reparte y lo busca. Donde todos son felices Tévez parece el más feliz. Corre enloquecido. Derrocha potencia y habilidad. La traba antes de que el defensor piense en despejarla.En la cocina esta José Pekerman. Como Gepetto trabaja en silencio. De noche y de día. Va armando el gran muñeco de veintitrés corazones. Serrucha cualquier diferencia. Lima cualquier arista de egoísmo, lógico en estos niños brillantes. Encola y une las ambiciones. Les da confianza. Los deja que jueguen.Los otros invitados, los desconocidos, se cansan del vapuleo. Se jugaba a 6 pero Argentina pidió extenderlo. Saludan antes de que termine.Una fiesta extraordinaria, de esas que no se olvidan. Como la de Peter Sellers.¿Me falta alguien? Ah sí, Messi.Pero ese no es un pibe. Es Peter Pan.

Andrés Ciro Martínez19.06.06

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