“Buenas noches, me sumo a la propuesta de Fernando y Germán y pido que esta plaza se llame Luis Alberto Spinetta”,
fueron las primeras palabras de Andrés Ciro Martínez luego de dar
inicio al último show de la segunda jornada del Cosquín Rock con Me gusta ese tajo.
Y no estuvo para nada mal, porque si uno piensa en una que podría
llegar a tocar el ex Piojos, ésa es este himno de Pescado Rabioso
canción que eligió para rendirle homenaje. La mayoría de los músicos que
le rindieron tributo al padre del rock nacional prefirieron hacerlo
tocando su música, como corresponde.
Cerca de la una de la mañana arribaron
Ciro y Los Persas al escenario principal del Aeródromo de Santa María de
Punilla. Las furiosas Banda de garage y Pistolas
arremetieron con todo y provocaron la primera ovación de las más de 40
mil personas que dieron el presente. Después, llegaría la calma –sólo
por un rato- con Media Caña y Ruidos. Así son los
shows de Ciro, van y vienen por distintos caminos: desde un rock
endemoniado a una balada, pasando por un logrado funk rock (acaso en la
faceta que más me gusta la banda), el blues y el candombe y hasta se
permite experimentar de la mano de uno de sus guitarristas, Juan Manuel
Ávalos, tirando en vivo un loop en clave de chacarera. Una de las
sorpresas de la noche fue el regreso del incendiario clásico piojo Como Alí
al set list. Tanto hacía que no la tocaba que se olvidó la letra de la
segunda estrofa. Lo bueno fue con la careteó, paró la canción, asumió el
evidente error, pidió ayuda al público y continuó saltando contento.
Más allá de gustos, es indudable que Ciro es uno de los mejores y más
completos frontman de nuestro rock. Plagado de recursos, se devora el
escenario y la gente delira con cada cosa que hace. Eso es tener
carisma.
Como es habitual desde su incursión solista, sus shows se reparten entre las canciones de Espejos, el álbum que sacó junto a Los Persas en 2010, sus temas de Los Piojos y algunos cobres y esta no fue la excepción. Por eso el Blues del gato sarnoso se cuela entre Fantasma y Manjar y retoma con Blues de la ventana en uno de los tramos más festejados de las más de dos horasque duró el recital. Pacífico fue la última antes de los bises que desencadenó un derrotero imbatible que inició con Insisto, a la que se le pegó Cruel, una interminable versión de El Farolito con solos de piano y batería incluidos, El balneario de los doctores crotos y las dos finales, como siempre, Noche de hoy y Trapos, para hacer la lectura de banderas, saludar y dejar una noticia al final: “Buenas noches Cosquín, nos vemos el año que viene, seguramente presentando nuevas canciones”, confirmando que este año habrá nuevo disco. Lo recibiremos gustosos.
Fuente: Rock and Pop
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